Estudio Quinto . Adrogué
Los Careters - Diego Manatrizio - Max Rompo
Vuelto ya de una vuelta larga por allá, decidí que era hora de salir a encontrarme con ciertas cosas. La oportunidad era excelente, volver viendo a Los Careters, luego de haberme ido viendo a la misma banda. Algo asi como unas puertas para mi, que me abren hacia un mundo siempre nuevo y escondido: el under psicodélico del sur.
Frío, luces y flores en Adrogué, en una semana temprana que llegaba a su primera noche. Tocaban Los Careters y fui, de una. Llego al Quinto justo cuando está saliendo Max Rompo, un luchador de lo visual, de las calaveras y las metáforas gráficas. Ya estaba arrancando, luego de finalizar su obra. Después adentro me enteró de su última tirada, una calaveras del revés que anticipaban la locura post-noche de música.. y entro, y quién me recibe? Fefo, el baterista de Los Careters, el hombre que le pega duro a las chanchas y que cuida su jardín con devoción y entrega. Conversamos un poco y me invita a entrar, para encontrarme con otro batero que me da la bienvenida, el Gran Ignus en persona. Las "bandas" aún no empezaban (la primer banda era de un sólo integrante) y me fui a pegar una bebida. Antes de llegar a la barra, Manu Careter me intercepta y me saluda también. En la barra otro careter, sino el más careter, alimentándonos con pizza casera, el Rodri en carne y hueso, ahí delante mío. Todo era cierto, Los Careters existen. Y ya cerca de que empieze el show, Sergio está ahi ajustando los últimos detalles para la nave despegar. Me saluda y me dice que ahora va a tocar un loco que hace una música muy loca: Manatrizio. Y se va a darle a la consola. Y entra el músico de la banda de una sola persona.
Arranca tirando un ritmo loco, que loopea, y pega la viola y entra a tocar. Y ya ni me acuerdo lo demás, fue como un sueño. Fefo llegó y se armó una flor. El loco al volante por momentos no tocaba nada, pero la atmósfera estaba llena de humo y sonidos que te llevaban a dar unas vueltas. Pelaba un violín y de nevo la viola. Quedé viajado de mais. Terminó y me encontré con Santi de Todos Los Fuegos, y nos quedamos hablando de viajes que cada uno hizo, sentados en el piso, esperando el plato fuerte de la noche. Y Los Careters aparecieron en escena, esa pequeña orquesta de demonios rockeros y grooveros. Disfruté de escuchar algunas"canciones" que no conocía, otras ya conocidas y tarareables. Movía mi cabeza mientras comtemplaba la banda , y por momentos me dejaba viajar en mi mente, reflexionando sobre la existencia, en aquél agujero lleno de vida.
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